El museo como excusa: visiones fronterizas entre arte y euducación

“Para llevar todas estas ideas a buen puerto más que trabajar juntos tenemos que lograr convertirnos en artistas educadores y en educadores artistas a tal punto que todos, absolutamente todos, estemos empujando en la misma dirección.”
Luis Camintzer
 
“Un profesor actúa como profesor, y suena como tal. Un artista obedece ciertos límites heredados de percepción, que determinan como se vive y construye la realidad. Pero nuevos nombres pueden ayudar al cambio social. Reemplazar artista por jugador, es una manera de alterar una identidad fijada. Y una identidad cambiada es un principio de movilidad, de ir de un lado a otro.”
Allan Kaprow
 
Uno de los problemas más graves que arrastra la educación artística en nuestros días es la absurda separación entre arte y educación como si fuesen dos esferas aisladas unas de otras, completamente diferentes y ajenas la una de la otra. Por un lado, tenemos en nuestro imaginario la figura del artista, el comisario y del mundo del arte, relacionados con el conocimiento, con la legitimación, vinculados al éxito, la creatividad y la victoria. Un mundo particularmente masculino en el que resulta muy difícil entrar. Por otro lado, tenemos el imaginario de la profesora de plástica, de la educadora de museos, el mundo de la escuela o de los departamentos de educación de los centros de arte, situados siempre en las catacumbas, en los sótanos, alejados de las zonas brillantes y luminosas, un imaginario relacionado con los pasatiempos, con los públicos desestimados, con la falta de creatividad y con el fracaso. Un mundo particularmente femenino, secundario, relegado, escondido, y en el que los sistemas de acceso son diferentes y nos sitúan constantemente en la precariedad.
 
 

Romper esta dicotomía es uno de los grandes retos de los que estamos impulsando prácticas contemporáneas, procurando dejar atrás la obsolescencia del modelo moderno: hoy es el día en el que debemos de reivindicar la necesidad de ejecutar un cambio en las teorías y en las prácticas de la educación artística y emigrar del paradigma de las manualidades al de la Educación Artística como Vehículo de Conocimiento. Dentro de esta propuesta las fronteras entre arte y educación se diluyen, se entremezclan, se contaminan: se funden las figuras de los principales agentes y no encontramos diferencias entre denominarnos artistas educadores o educadoras artistas.
 
 
Pero, además de en los agentes principales, es importante también diluir estas diferencias en nuestras prácticas, unas prácticas en las que el arte contemporáneo no solo se entiende como contenido sino como formato, de manera que lo que diseñamos como educadores lo entendemos al mismo nivel que otro tipo de producciones culturales como las artísticas. Así que cuando construimos una visita guiada, una charla o un taller destinado a público escolar, nos encontramos con los mismos problemas y los mismas herramientas con las que se encuentran los artistas: trabajamos desde y para el conocimiento, dándole tiempo al proceso y aceptando que nuestra obra, nuestra producción cultural, será terminada por el espectador o simplemente no será terminada y eligiendo para ello metodologías como la instalación (que por ejemplo utiliza Jordi Canudas), el arte relacional (Nubol) o en el caso que vamos a ver en breve, la perfomance (Jordi Ferreiro).
 
 
Estos descubrimientos han tenido lugar en Barcelona, ciudad a la que viaje del nueve al once de marzo coincidiendo con en el principio de la primavera, siendo en el MACBA el primer lugar donde he comenzado a experimentar la extinción del modelo obsoleto y el comienzo de la instauración de prácticas fronterizas entre arte y educación, donde las figuras del educador, la artista, el comisario o, en mi caso, la profesora universitaria, se evidencian como mestizas.
 
 
Jordi Ferreiro (artista/educador que trabaja de forma habitual en el Departamento de Educación del MACBA) y Tonina Cerdá(en estos momentosDirectora de Programas Públicos y Educación) han creado recientemente la experiencia denominada Visitas performativas(link). El público que acude al museo para realizar este ritual comienza el trayecto pensando que todo va  a ocurrir de acorde al imaginario de una visita tradicional, pero nada más lejos de la realidad. Jordi ha diseñado una experiencia de conocimiento completamente instigadora que sitúa al espectador fuera de su zona de confort: desde un comienzo cuajado de extrañamiento en el que una falsa mujer de la limpieza rompe una de las piezas de la colección, pasando por un muppet segurata y contestatario enamorado de una obra de arte, siguiendo por una representación antropomórfica del museo que interpela a la audiencia y terminando con la experimentación del lenguaje sonoro a través de la presencia de una cantante de ópera cuya voz proyecta la última obra de arte de la visita. Todos los ingredientes nos hacen olvidar el acercamiento tradicional a la obra de arte y celebrar un acercamiento crítico, interpelador y emocionante.
 
 
Enumerar donde empieza lo educativo y acaba lo artístico y viceversa en estas Vistas performartivas, resulta innecesario porque la potencia de aprendizaje que genera lo inesperado, lo participativo, la reflexión y un tipo de pedagogía no resuelta que acepta desde el principio que lo que los visitantes aprenderán no será lo que el educador/artista les enseñe, demuestran la validez del formato. Un formato que no solo visualiza al educador como artista y a los artistas como educadores, sino que empodera al visitante como productor cultural al participar activamente en la creación del sentido de la visita y quien recordará la experiencia ya que la durabilidad de un recuerdo depende del contexto de emoción en el que dicho recuerdo fue creado.

El segundo centro de arte donde se están experimentando formatos fronterizos entre arte y educación es en el Centro de Arte Contemporáneo Fabra i Coats cuyos contenidos han sido comisariados este año por Martí Manen y David Armengol con un proyecto denominado El texto: entradas y salidas. Desde el principio se ha evidenciado como necesaria la existencia de una Oficia de Educación (entrevista oficina educación) a partir de la cual se están articulando diferentes iniciativas (programación) entre las cuales he sido invitada a participar en la segunda sesión de Asistencia Gravitatoria, un programa de charlas que precisamente quieren ahondar en las conexiones entre la educación y el arte, comisariado también por Jordi Ferreiro. Mi sesión tuvo lugar el martes once de marzo y desde el comienzo tuvieron lugar acontecimientos extraordinarios como que la charla se realizase dentro de la propia exposición rodeados entre obras de arte en vez de en los recintos destinados a conferencias, normalmente separados de manera tácita de la experiencia directa del arte contemporáneo. 
 
En mi charla, la #rEDUvolution fue una excusa para conversar con los asistentes en una de las sesiones más emocionantes que he vivido. La rotura del formato, el poner las energías no solo en los contenidos sino en las arquitecturas de transmisión, dio pie a una experiencia transformadora en la que se evidenciaron los problemas generales del sistema educativo y la necesidad del cambio de paradigma, y en la que lo más interesante fue sin duda el conocimiento generado por los asistentes. Desde la recién profesora de ciencias que intenta cambiar el mobiliario y le expedientan por ello, pasando por maestros más experimentados que explican como llevan haciendo la #rEDUvolution toda su carrera, hasta la docente de catalán que ha cambiado en el último momento el examen que estaba preparando y ha dejado que los estudiantes elijan las preguntas. 
 
 
Pero, lo más emocionante llegó justo al final cuando una de las oyentes que se identificó como directora de un centro, con una voz poderosa enumeró varias de las propuestas de la #rEDUvolution y defendió que el cambio de paradigma deberá llevarse a cabo desde la estructura de la fiesta. Todas las intervenciones daban fe de cómo la #rEDUvolution no es sino el eco de quienes están transformando la realidad y ha sido concretamente este nivel de participación del público lo que le ha dado validez a la sesión mediante un flujo inverso al tradicional entendiéndome a mi misma como una productora cultural a quien lo que verdaderamente le interesa es lo que el público tiene que decir.

Tras la participación en Asistencia Gravitatoria, mi última jornada en Barcelona me llevó hasta la Fundación Tapies donde se estaba desarrollando la no-exposición de Allan Kaprow Otras maneras comisariada por Soledad Gutiérrez. Allan Kaprow es uno de mis educadores/artistas de cabecera y su obra La educación del des-artistaprecisamente es uno de los textos que ya especifican en 1972 la rotura de las dos figuras antagónicas. Conversando con Soledad, descubrimos la faceta pedagógica de Kaprow quien desarrolló varios proyectos en escuelas como por ejemplo el perfomance Fine (multa) en el que un grupo de escolares deciden de manera explícita no ir un día a clase y ser sancionados para reflexionar, entre otras cosas, sobre los límites de la responsabilidad. Soledad y su equipo están desarrollando varias de estas acciones en escuelas de Barcelona reivindicando de nuevo la necesaria unión entre lo artístico y lo pedagógico, el museo y la escuela, el artista y el docente, el arte contemporáneo y la educación formal.
 
 
Tonina, Jordi y Soledad son agentes que han dado el salto, y de transmisores de contenidos han pasado a ser arquitectos de experiencias. Entendiendo el diseño y puesta en práctica de una visita guiada, de un programa de charlas o de actividades entre el museo y la escuela como microrevoluciones que no pueden entenderse ni exclusivamente en lo educativo ni exclusiva
mente en lo artístico sino en un lugar intermedio, en un limbo, en las lindes de un camino que no sabemos donde termina. Como dice Luis Camintzer, solo trabajando en la misma dirección lograremos entendernos como artistas educadores y educadores artistas a tal punto que sea imposible diferenciar entre ambas posiciones, entre diferentes formatos y entre productores y público…
 

1 Comment

  • Hola María!!
    Ha estado una grata sorpresa encontrarme con tu blog. Hace más de 15 años que me dedico a la educación artística. Trabajo en una escuela pública de Barcelona como especialista de plástica a educación Infantil y Primaria. Ha sido un largo recorrido conseguir que un claustro de profesores reconozcan la necesidad y la importancia del lenguaje artístico.
    Felicidades por tu labor. Un abrazo y hasta pronto.

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