Desbaratar el imaginario: cinco ideas para emigrar desde la Educación Artística hasta el artEducación
Fuera del contexto de lo que habitualmente se denomina Educación Artística, el cambio de paradigma, la revolución educativa o como yo me empeño en llamarlo, la rEDUvolution, es ya un lugar común. Son ya múltiples las voces que claman el cambio y es ya absolutamente evidente que el cambio de metodologías es urgente y necesario.
Pero, hay precisamente un área de estudio (que es justamente de la que provengo como profesional) que se encuentra atrapada en un callejón sin salida. Es una realidad palpable que en los museos, en las escuelas, en los hospitales… la Educación Artística se encuentra anclada en un paradigma que no le pertenece. El arte es un proceso inherente al ser humano, al igual que su enseñanza también lo ha sido. Lo es de manera que durante nuestra historia las generaciones han sido enseñadas con respecto a la forma de enseñar el arte de forma oral fundamentalmente y en cada tiempo y lugar, adaptada a su contexto. En estos momentos, está fuertemente arraigada a la escuela y desvinculada del mundo donde se produce el arte contemporáneo. La Educación Artística se encuentra ligada a un modelo obsoleto cuya columna vertebral es la creación de lo denominado como manualidades. Hoy es el día en el que debemos de reivindicar la necesidad de ejecutar un cambio en las teorías y las prácticas de nuestro campo de estudio y emigrar de la Educación Artística (utilizaré este término para poder visualizar de forma escrita las prácticas más tradicionales que considero que hay que cambiar) al artEducación, una disciplina construida sobre una serie de ideas clave que tienen como misión desbaratar el imaginario colectivo sobre lo que se presupone que es la enseñanza de las artes visuales.
De los opuestos irreconciliables a la ausencia de fronteras
La primera idea clave en esta disciplina que debemos de construir, es precisamente la disolución de fronteras entre el Arte y la Educación, adoptando el concepto de liquididad de Bauman. En el imaginario de la Educación Artística más tradicional, hay una separación tácita entre lo que es el Arte y lo que es la Educación, que se prolonga a la bipolaridad entre los agentes que ejecutan las prácticas en las que los opuestos irreconciliables juegan un papel base: artista/educadora, masculino/femenino, creación/reproducción, genio/cuidadora.
En total oposición a la figura del Profesor de Arte tradicional completamente separada de la figura del artista, debemos crear la figura del arteducador, un intelectual que trabaja en la intersección entre lo artístico y lo educativo y donde ambas esferas se diluyen hasta borrar las fronteras de su definición. Un profesional que, tal como escribe Camnitzer, defiende el arte como un proceso pedagógico y la pedagogía como un proceso artístico. Un profesional con un perfil híbrido que rompe con la bipolaridad de los estereotipos profesionales que sitúan a artistas y educadores en esferas opuestas y, en muchas ocasiones, a la figura del artista por encima de la figura del educador. Un profesional cuyo trabajo es netamente intelectual, político y transformativo, en la línea de lo que los teóricos de la Pedagogía Crítica defienden cuando describen a “los profesores como intelectuales transformativos” (Giroux, 1991).
De los niños pintando al 0/99
Otra transformación importante del imaginario va a consistir en conseguir comunicar que la Educación Artística no son “niños pintando”. Nuestra disciplina no está específicamente destinada a la infancia: es un área de conocimiento cuyas prácticas operan para individuos de cualquier edad y que, en el siglo XXI (y al igual que el resto de prácticas educativas) debe estar orientada hacia la intergeneracionalidad. Por esta razón, si en el enfoque más tradicional el imaginario sigue siendo el de “niños pintando”, en el ArtEducación el imaginario debe de emigrar hacia prácticas de personas de cualquier edad (0/99) y, dentro de un enfoque más emergente, hacia prácticas intergeneracionales donde las fronteras entre edades se rompan y se trabaje la idea de comunidades de conocimiento horizontales y de doble dirección, donde los niños aprendan de los adultos y viceversa.
Del jardín de infancia al artEducación expandida
Otra imagen muy potente en el imaginario de la Educación Artística tradicional es su vinculación con dos contextos físicos de trabajo muy concretos: la escuela en el ámbito formal y los ateliers de artistas en la educación no formal. El artEducación reivindica que el aprendizaje relacionado con las artes y la cultura visual suceda, para empezar, en cualquier momento y en cualquier lugar, idea ya manejada por Dewey (Art and experiencie) y Kaprow (La educación del desartista).
Debemos trabajar la creencia de que no necesitamos miles de materiales, rotuladores, ceras, acuarelas…, no necesitamos envases de yogur ni siquiera papel: enseñar a alguien a percibir estéticamente como se diluyen en la leche los copos del chocolate en polvo, hacer recuento en una película y descubrir los pocos papeles femeninos que hay protagonistas o construir una instalación con frutas dentro de la nevera es artEducación. La experiencia de la Educación Artística no está solo dentro de las paredes de la escuela o del taller del pintor de la esquina, sucede en cualquier momento y en cualquier lugar.
De las cosas bonitas a los objetos cuestionadores
Otro de los fantasmas que habitan se basa en la producción de “cosas bonitas”. El papel de las artes visuales como proveedoras de objetos formalmente bellos se prolonga hasta nuestro campo de estudio y lo inunda de elementos pequeños, fácilmente transportables, que acaban expuestos con un imán en la puerta de la nevera.
Pero la realidad es que si nos adentramos en la complejidad visual en la que las sociedades van a tener que desarrollarse en el futuro, nos veremos obligados a reivindicar el trabajo en torno a la visualidad como una de las competencias básicas de cualquier ciudadano o ciudadana. Dentro de estas competencias, el análisis cumple un papel tan importante como la producción de imágenes, y dentro del terreno de la producción, será imprescindible trabajar con la inercia de los proyectos que se desarrollan en paralelo en el momento actual, un arte que está cuestionando todo aquello que nos preocupa socialmente. Por esta razón, de producir objetos bellos tendremos que pasar a producir objetos cuestionadores, tal como los artistas contemporáneos hacen en la actualidad.
Este es uno de los requerimientos más urgentes con respecto al paso de la Educación Artística al artEducation, es una realidad que no podemos ocultar. Las prácticas relacionadas con las artes visuales muy pocas veces tocan el arte contemporáneo y esto tiene que cambiar de inmediato. No quiero decir que haya que suprimir el arte de otras épocas, pero resulta absolutamente urgente incorporar el arte que se está produciendo mientras vivimos. ¿En qué otra disciplina se niega el conocimiento que se produce en la actualidad? ¿Nos fiaríamos de un médico que solo utilizase procedimientos del siglo XIX?… Y en esta línea, debemos incorporar la cultura visual también como conocimiento cuestionador, de manera que en el artEducation contamos con tres cuerpos de conocimiento básicos: el arte contemporáneo, el arte producido en otras épocas históricas y la cultura visual.
De la disciplina académica a la realidad mestiza
Y, para terminar, debemos salir de nosotros mismos y mezclarnos con otras áreas de conocimiento, precisamente con las áreas que en estos momentos están innovando en materia de educación y que, casualmente, no es la universidad. La innovación pedagógica actual está desarrollándose en los estudios de arquitectura que repiensan el mobiliario como el de Rosan Bosch, los estudios de diseño estratégico que abordan la creación de escuelas de manera integral como IDEO o los colectivos de artistas que como Nubol o Yuta Nakajima abordan lo educativo desde procesos contemporáneos, inundando lo pedagógico de realidad y electricidad, dos elementos que brillan por su ausencia en las instituciones “superiores” que se están quedando definitivamente estancadas en cuanto a la dirección que la educación de las artes visuales debe tomar.
Desbaratemos el imaginario y desbaratémoslo ya. Emigremos hacia un lugar que puede llamarse artEducación donde trabajemos sobre conocimiento emancipador desarrollado a través de un proceso complejo y cuyo principal modo de trabajo sea la remezcla creativa. Esto es lo que necesitamos hoy. Dejemos para ayer los ratones hechos con envases de yogur.
BRA-VO!!!!!
Fascinante tu articulo!! Me atrevo a montar contigo una escuela de arte así!!
Genial!!! Soy tu “fan” número 1.
Totalmente de Acuerdo……. El Arte como expresión humana, real, funcional y palpable… nada de recortes de papel ni dibujitos coloreados….
Buenos días 🙂 este artículo renueva la mirada sobre cómo vivimos, cómo aprendemos y la manera de seguir creciendo en plenitud promoviendo un proceso de desarrollo social integrador.
Quedo abierta a contribuir en este camino con mucho entusiasmo.
Fantástico artículo! Lo suscribo completamente. Me ha sorprendido muchísimo y me ha hecho muy feliz leerte! Un abrazo!
Me parece un artículo potente, bello y cargado de razón. Mil gracias por explicarlo de manera clara y sencilla, pero a la vez contundente. En la educación, tristemente, hemos llegado a un punto en que las formas nos hacen perder el fondo… y las artes no se escapan. Gracias de nuevo, por compartir tu opinión (y poner palabras a mis pensamientos).
Tuve lo que usted llama , una educación artística universitaria en Colombia y llegué a hacer objetos “bonitos”. Esta manualidad del arte me conectó con los procesos de inserción profesional de jóvenes y adultos en Francia como educadora especializada. Esta es la educación no formal que tiende a reparar lo que la educación teórica no pudo hacer de manera practica. Yo reconcilié arte y educación, el arte como proceso pedagógico, pese al encuentro permanente con ese imaginario al que usted se refiere.
Su articulo me reconforta y orienta en la investigación que actualmente avanzo sobre los procesos educativos en este mundo liquido que conceptualizó Bauman.
Descubro hoy que interviene en el seminario “LAS ARTES A LA CANASTA FAMILIAR” en Bogotà al que no puedo asistir. Le agradezco todo documento que generosamente pueda compartir en su blog sobre esta intervención.
Muy buen artículo! ! Me ha caído tan bien en este momento!! Quiero conocer más detalles de la autora…!
quiero contar una experiencia que tuve el curso pasado. Trabajo como maestra de taller en la Escuela de Arte de Granada (Escuela Pública). Una tarde se presentó un padre con su hijo (7 u 8 años) en el taller y expuso su problema. La maestra de su hijo le recriminaba que pasara tanto tiempo dibujando y no atendiera en clase y le había propuesto que pasara por la Escuela para comprobar si el chaval tenía dotes de artista. Si era si, que estudiara Arte pero si era no, que se olvidara del dibujo.
Contesté al padre con una pregunta: si yo le dijera que dejara de comer, que pensaría? Al momento lo entendió. En el recreo los niños se reunían para ver como y qué dibujaba. ya tenía reconocimiento y además le sirvió para integrarse pues es de familia emigrante. Esa maestra no observa a sus alumnos. Sigue el programa oficial. Saludos