2013 De memorizar a hacer y de la tarea al proyecto: deshaciendo el simulacro al conectar la teoría con la práctica

En muchos de los lugares donde se pretende que la educación suceda, existe una total desconexión de las instituciones educativas formales y de muchas de las no formales, con respecto al mundo exterior a ellas. Gran parte de las escuelas y universidades viven de cara a su interior y los contenidos se distribuyen de forma aislada, sin conexión alguna con los sucesos, autores y contextos en los que se crearon. Para emigrar desde el paradigma de la institución educativa como isla a la institución como nodo, la rEDUvolution trabaja con lo que está ocurriendo en tiempo real fuera de las paredes el aula, pasando de lo abstracto a lo tangible, relacionando los contenidos con su contexto de producción: unas elecciones municipales, una fiesta nacional, un problema financiero que afecta al país. Hoy. Ahora. Debemos de tender un puente entre lo que ocurre en el exterior y lo que ocurre en el espacio pedagógico y a este puente es lo que se llama Educación Expandida, la educación sucede en cualquier momento y en cualquier lugar y, añado, con cualquier contenido. Por que, el currículum obligado siempre puede conectarse con lo de fuera. Por esta razón, la metodología de trabajo por proyectos debe de realizarse llevando a cabo dichos proyectos en la realidad, traspasando los muros y no dejando que una vez más suceda el simulacro.
 También me parece importante crear proyectos que tengan repercusión en la vida real. Cuando las instituciones no establecen cauces con la realidad, sus efectos no tienen repercusión en el mundo real, no existen consecuencias, los proyectos funcionan como un eslabón de la cadena de simulacros que conduce al (des)aprendizaje. Por esta razón, la práctica, el hacer, debe de estar en la medida que podamos, relacionada con contextos reales de desarrollo, tiene que tener función y servicio, tiene que servir para algo, tener sentido. Y es que muchas de los problemas que las instituciones formales plantean s sus estudiantes están faltas de cualquier tipo de anclaje fuera del proceso de simulacro. Cuando lo que ocurre en la escuela tiene que ver con hacer, cuando aparece la experiencia real, se vuelve proyecto y ese proyecto además da servicio a la comunidad que opera en el contexto inmediato, es cuando el aprendizaje sucede con toda su fuerza, cuando comprobamos que lo que hemos aprendido tiene un efecto transformador en nuestro entorno, que sirve para algo práctico, que tiene una repercusión.
En las asignaturas que imparto en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid (Bases Didácticas de la Educación Artística en el grado y Métodos y Procesos de las Artes Plásticas en el Master de Formación de Profesorado de la ESO) la última semana de Enero hemos comprobado la potencia de los dos temas que quiero plantear, la necesidad de trabajar por proyectos y que dichos proyectos se lleven a cabo en el mundo real rompiendo el simulacro y produciendo en muchos de los casos el aprendizaje. Desde el lunes 21 se fueron sucediendo las presentaciones de los estudiantes en forma de Manifiestos por parte de del master y de proyectos completos en el caso de los alumnos de grado.
 Los Manifiestos constituyen el primer paso del Método Placenta y consisten en una forma de reflexionar sobre la pedagogía a través del formatos de arte contemporáneo. Progresivamente, desde formas de reflexión escritas, los estudiantes han emigrado hacia formas de reflexión visuales que también han emigrado desde las representaciones visuales bidimensionales estáticas a formatos en movimiento como el vídeo y el perfomance así como a representaciones tridimensionales como la instalación. Que un Manifiesto sea el primer paso a dar por un profesor tiene que ver con la necesidad de plantearnos cómo y para qué en cualquier proceso didáctico en vez de acometer la práctica sin adentrarnos en la reflexión, tal como nos recomiendo Donald Schon en sus libros El profesional reflexivo y El profesor reflexivo. Acometer la práctica desde su repensamiento puede llevar a entendernos como los intelectuales transformativos que Giroux entiende que somos los profesores.
 Este año los manifiestos se han desarrollado fundamentalmente a través de instalaciones y performances entre los que quiero resaltar el Museo Tóxico en el que se presentaron diferentes piezas de arte contemporáneo como el rollo de papel higiénico escrito a manera de chuleta o la lata de sardinas con estudiantes enlatados así como el vídeo Sopa de letras, una muy afortunada manera de narrar que significa el aprendizaje bulímico. 

Con respecto a los proyectos de Grado, como suele ocurrir todos los cursos, han constituido la mejor herramienta para que el aprendizaje suceda. Sin llevar a la práctica, sin HACER un proyecto en un contexto real y que los propios estudiantes vean la potencia de sus acciones, la parte teórica que desarrollamos al principio de la asignatura no tendía sentido. Muchos de los estudiantes que no contemplan la posibilidad de ser profesores, cambian de opinión tras realizar este proyecto pedagógico en un contexto real, ya que el Método Placenta no consiste mas que en llevar lo proyectual hasta lo pedagógico intentando erradicar los términos “unidad didáctica” o “programación” los cuales alejan la educación de los procesos de trabajo de otras disciplinas.
Como dice también Roger Schank, la universidad no sirve de nada si no se fomenta desde ella el aprender haciendo, los proyectos reales, la práctica. Romper el simulacro es duro y da mucho mas trabajo que diseñar un examen, pero MERECE LA PENA.



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