2012 ESTOY artista: reflexiones sobre la necesidad de erradicar YA las divisiones entre los campos profesionales y por lo tanto, sus denominaciones

Hoy me he levantado y he sido ARTISTA, porque cuando escribo o cuando diseño una clase es la etiqueta más cercana que encuentro para definir lo que estoy haciendo. Pero a la media hora he sido EDUCADORA y luego, cuando me he hecho unas tostadas he sido COCINERA y luego CHOFERESA y luego PASEANTE, así que he sido cinco cosas distintas en el mismo día. Este párrafo de inicio tiene que ver con lo que me gustaría compartir hoy y con los dos eventos en los que he participado esta semana y que tienen como rasgo común la reflexión de que el lenguaje que utilizamos tanto en el terreno del arte como el de la educación ya no nos sirve puesto que nos lleva a categorías obsoletas.

El miércoles Pedagogías Invisibes nos configuramos por razones prácticas en asociación, momento que coincidió con la inauguración del espacio que nos ha cedido El Ranchito para desarrollar nuestro trabajo a medio camino del arte y de la educación. Mediante una acción metafórica llamada “Conquistando el Ranchito” firmamos las actas y habitamos el espacio. Ya en este evento al principio de la semana surgió la duda: ¿nos definimos como artistas o como educadores? Como si no fuese posible definirse mediante las dos cosas. 

El jueves por la tarde fui invitada junto con los noestudiantes del MESO(Master de Educación Secundaria Obligatoria) a BigMac, el espacio de trabajo organizado por los estudiantes del MAC (Master en Arte y Creación) de la Facultad de BBAA de la UCM. Allí coincidí con otros componentes del panorama artístico actual: el colectivo de comisarios digitales NowwwH, el comisario independiente Iván López Munuera, Alejandro Simón, artista y uno de los coordinadores de BigMac y Aurora Fernández Polanco profesora también de dicha facultad. 

El debate que se abrió me pareció super interesante y tuvo que ver con la problemática de las tensiones entre artistas y educadores. La realidad que yo denunciaba y que creo que, por mucho que asistamos a un momento de giro educativo en las artes visuales, sigue funcionando es que los profesores seguimos minusvalorados frente a la figura de los artistas. Sin meterme a elucubrar sobre las razones de esta realidad (debido a que el tema excedería el espacio de este post) creo sinceramente que artistas y educadores tenemos más cosas en común que cosas que nos separan: ambos trabajamos con el conocimiento (la obra de arte o el contenido de una clase), necesitamos interlocutores(público o alumnos), necesitamos un contexto legitimador (escuela etc. o museo etc.) y tenemos que ser creativos. También creo que es muy similar la figura del comisario y la del profesor ya que un profesor está comisariando cuando elije los contenidos de su clase así como el orden de su discurso. Todo esto nos llevó a definir como obsoletos los términos artista y profesor de manera que Iván López Munuera propuso hablar de agentes. Conectando su idea con las coordenadas de la filosofía queer, mi propuesta fue la de dejar de hablar de ser artistas o profesores y empezar a decir “estoy artista” o “estoy profesora”.  

Hay que suprimir las categorías estancas y crear nuevos usos y denominaciones para los espacios profesionales interdisciplinares que estamos creando en este momento bisagra en el que la educación artística del siglo XIX tiene que convivir con la educación artística del siglo XXI, así que como el término eduartista todavía no está consensuado prefiero cambiar ser por estar

ahora ESTOY educadora, pero ¿que estaré dentro de media hora?

Top